El pasado sábado celebramos en Madrid el Día del Envío, día muy significativo para la Comisión de Voluntariado y para todas aquellas personas que este verano irán de voluntariado.
Todos traían ilusiones e incertidumbre, tanto por el día en sí, como por lo que van a vivir, pero desde el primer momento, a pesar de que muchos no nos conocíamos, se respiraba muy buen ambiente de compañerismo, de unión, de ganas …
Tras una oración, Mariló González de la Fundación Spínola llevó a cabo varias dinámicas sobre las actitudes del voluntariado y con ellas animaba a ser alegría, a sentirse familia con otros, a generar unión, a descentrarse, a no ser protagonistas, aprender de cómo viven otros… y como bien repuntaba, sabemos cuáles son, lo difícil es empaparlo.
Tras un descanso, donde el colectivo de autoempleo “tómate algo” de la Red InterLavapies nos ofreció bizcochos y té marroquí, Silvia Rozas FI nos hizo reflexionar a través de su charla “del postureo al compromiso”: la importancia de darle a la foto que hacemos un contenido, una explicación y no perpetrar más prejuicios y tópicos que seguirnos repitiendo año tras año, o ser más delicadas o caer en la cuenta de ciertas fotografía que aquí no haríamos pero en otros lugares sí, olvidando a veces la ética o la dignidad de la otra persona.
Por la tarde fue el acto del envío donde la Comisión de Voluntariado entregó un carnet y un tarrito de sal a los voluntarios/as para que allá donde vayan sean sal, disuelvan el “yo”, den sabor al grupo, a la comunidad… y en medio de cualquier oscuridad, fueran también luz.
A los acompañantes y hermanas de otros países que nos acompañaban en este día, también se les entregó el tarrito de sal para que sigan dando sabor.