El sábado, 24 de febrero, celebramos el encuentro de Acogida con las voluntarias y los voluntarios que participaron en este programa el año pasado.
Una celebración muy especial en la que comparten sus experiencias, ponemos en valor los aprendizajes vividos a través del voluntariado y la huella que han dejado y que ahora llevan en su piel.
Paula, Idoia, Roi, Maite, Itxaso, Laura, las dos «Anas» y Marta, echaron la vista atrás para hacernos participes de sus vivencias en República Dominicana y Bolivia. De lo que sintieron, compartieron, vieron e incluso olieron.






Esteban, que continua con su voluntariado en Almería, se conectó de manera online para hacernos un primer balance de su experiencia.

Y después, plasmaron todo ello en el cuaderno de bitácora. Unas páginas a las que siempre que quieran podrán volver para recordar su experiencia. Aunque el voluntariado no acaba aquí, siempre seréis voluntarios y voluntarias y esta ya es vuestra familia.
Por último, la comisión de Voluntariado les entregó los diplomas que certifican su experiencia y lo inmortalizamos de nuevo en la escalera de la Fundación Educativa Jesuitinas, que nos acogió una vez más.





En este encuentro, el hilo conductor fueron los «Tatuajes invisibles» y nos llevamos una gran sorpresa al saber que ya hay hay algunos que son visibles y que están escritos para siempre en su piel.


1, 2, 3 ¡FASFI!