Quizás cuando os planteáis ir de Voluntariado no os paráis a pensar que habrá un momento de ese viaje interpersonal y personal, donde tendréis un cambio. Un cambio bien podría decir emocional, ya que es el factor que nos va hacer pensar, valorar y adaptar diferentes informaciones.
Solemos ir con la idea de poder colaborar en la medida de lo posible, al lugar donde vas y con las personas con las que vas a convivir por lo menos 1 mes, pero hay situaciones difíciles que quizás no te habías parado a pensar que las vas a vivir.
Suele haber cambios siempre después de un voluntariado, normalmente a positivos, creo que una de las cosas generales que nos suele pasar a la mayoría de los que hemos ido, es valorar quizás más la cosa más básica que tenemos sin elección, como es ese vínculo familiar. Cuando hablo de familia, me refiero a la gente que nos rodea en nuestro día a día que nos quiere, nos valora, nos mima, cuida, escucha, respeta, etc. Ellos a veces no lo tienen.
Damos cosas por hecho que todo el mundo tiene que tener. Ni siquiera parten de la base de tener o no recursos económicos, pero a veces nos encontramos estas situaciones. Quizás por la falta de recursos educativos, que esto influye mucho en los contextos familiares que nos podemos encontrar.
Otra de las cosas que al volver valoramos es la higiene o esos utensilios base en nuestra vida, como la ducha o un WC. Una cama para dormir, ropa para ir al colegio y estar por casa o haber ido al colegio.
A la hora de volver a nuestra vida cotidiana en general somos personas que valoramos mucho todo lo que nos rodea y las cosas que son y no son necesarias en nuestra vida. Y a veces cambiamos hábitos/gestos como ir por la casa y apagar la luz del baño al salir, cerrar el grifo cuando estamos lavándonos los dientes, abrazar mucho a nuestra madre, reflexionar si realmente necesitamos comprarnos esos zapatos, no tirar la comida que nos sobre, etc
Aprendes mucho de ellos más quizás que ellos de nosotros. Cuando llegas incluso sigues teniendo más ganas de seguir colaborando, de hacer cambios y seguir regando esa semilla que poco a poco va creciendo.
Como recomendación os contaré que siempre nos quedamos con la parte positiva de lo que vivimos, porque ellos lo hacen, da igual donde vayamos, Argentina, Bolivia, Bangladesh, Mozambique, R. Dominicana o Venezuela el cambio emocional será el mismo por dentro, aunque cada uno la lleve de forma diferente o tenga anécdotas diferentes.