Bego marchó a Venezuela para estar allí 3 meses. Se fue muy ilusionada, con ganas de compartir y transmitir conocimientos al proyecto de formación de líderes y nutrición de la infancia, pero sobre todo concienciada de la realidad tan dura que podría encontrarse allí. Nos ha enviado un testimonio para que conozcamos más de cerca la situación del país.
«Voy camino de un 1 mes que estoy acá… en Venezuela. Acabamos de pasar la Pascua y, sin embargo, vivo con la certeza de sentir que, acá, es Pascua cada día.
No puedo dejar de asombrarme de este pueblo, inmerso en el dolor, el sufrimiento, la escasez y la muerte provocada por una situación creada y mantenida por un gobierno corrupto, censurador y vapuleador de libertades y sueños.
Sin embargo, un pueblo creyente y con firmes convicciones. Lleno de solidaridad para los hermanos que tienen menos. Con conciencias sensibles a toda injusticia.
No hay comida, pero el gobierno mantiene al pueblo con la ilusión de recibir cada 15 días (si eso sucede) una bolsa con alimentos que apenas dura unos días con un coste de 4.000 Bs cuando en el mercado cuesta 80.000 Bs. Así compra al pueblo… así compra sus votos.
Parte de este dinero sale de quitar ingresos en los hospitales: no hay medicamentos, no hay material médico ni de enfermería… si necesitas una operación hay que comprar jeringas, guantes, medicación, anestesia en el mercado negro por una cantidad de dinero que, las mismas personas que recogieron la bolsa de comida no alcanzan a pagar y mueren con enfermedades ridículas y necias (subidas de tensión, infartos por falta de medicación,….) Lo más duro es la mortalidad infantil. Muchas madres apenas alcanzan a parir, ya que el bebe muere antes. Hace unos días, una mujer fue al médico porque no sentía al bebe; fue a una consulta popular de esas que ha montado el gobierno sin ninguna dotación, le dijeron que estaba bien. Al día siguiente ella no sentía al bebe y fue al hospital: el bebito estaba muerto. Al segundo día echo el feto pero no le hicieron el curetaje hasta pasados 3. Y todo, gracias a una de las hermanas que se llevó con ella al hospital una amiga obstetra. Aparecieron en el hospital y no había médicos en urgencias y, los pabellones estaban cerrados. Llamando aquí y allá, consiguieron movilizar a un médico y fue el, quien permitió que la obstetra pudiera curarla.
Hay barrios enteros sin asfaltar, sin agua… cada camión de agua vale 4.000 Bs pero muchas de estas familiar apenas ganan 20.000 Bs al mes…. Hay mucho problema de malnutrición y parásitos en los niños que producen su muerte. Desde el programa de prevención de la salud que las hermanas IHS han llevado a cabo con 15 líderes de la comunidad, se abre un comedor con 3 comidas al día para 18 niñ@s. Junto con ello una consulta ginecológica y pediátrica, con médicos que acuden de forma voluntaria. Las líderes son las que hacen el seguimiento de estas y otras familias que han pasado o no, por el comedor. Asimismo se encargan de detectar situaciones semejantes. La labor que se realiza aquí es ímproba!!
Que Dios les bendiga Venezuela!»
Bego Díaz.