Todos los días son Día del Voluntariado, pero queremos aprovechar el día de hoy, 5 de diciembre, para reconocer y dar gracias, una vez más, por vuestro compromiso, continuidad y solidaridad.
LA CREACIÓN DEL VOLUNTARIO
En el principio Dios recibió a los voluntarios.
Su vida era confusión y oscuridad,
dudas y miedos, ansias y soledades,
quietudes y silencio.
Y un viento de Dios aleteaba por encima
de sus deseos y de sus sueños,
de sus preguntas y de sus sonrisas,
de sus canciones y movimientos.
Abrazaban la vida que bullía en fuentes interiores.
Y dijo Dios: “haya luz». Cada voluntario
fue descubriendo sus miedos y canciones;
supo llamar a la luz día y a su oscuridad noche.
Con paciencia fue escarbando,
abriendo surcos, -a veces a flor de tierra-
Y llenó a las mujeres, a los jóvenes, a los niños de confianza, seguridad y autoestima.
Les enseñó aceptar su fragilidad y su fuerza.
Subiendo sus montañas
y bajando hasta sus barrancos.
Les ayudó a reconocer sus alturas y sus abismos.
Recorrió su territorio y así pudo revelarles sus grandezas y sus límites.
Buceó en sus aguas
Y descubrió en ellos su ansia de verdad,
de libertad y belleza su deseo de bondad,
e hizo que fueran el aliento
que hinchara la Esperanza de su vida.
Y la vida iba brotando de sus manos,
de sus ojos, de sus pies,
de su boca.
Y en formas diversas se expandía por la tierra.
El voluntario se dedicó a su última tarea:
Les enseñó a ser dueños de la vida que le había sido dada.
Les hizo observar sus propias creaciones y nombrarlas.
Les hizo recordar su propia historia y nombrarla
para que su pasado no le dominase
y siguiera construyendo el futuro en su presente.
Puedes leer el manifiesto de la Plataforma de Voluntariado de España, pinchando aquí